domingo, 5 de julio de 2015

Mudanza

   Toda mudanza es un punto de inflexión. Qué curioso que un simple cambio de espacio suponga tanto, qué extraordinario que una manera nueva de localizar las cosas, nuestras cosas, nos descubra casi sin darnos cuenta otro modo de percibirlas, de tenerlas, de situarnos ante ellas. Decidir qué es lo que, a partir de ahora ha de estar en la mesilla de noche o en el cajón de de la propia mesa de trabajo y qué vamos a tener en el mueble de la entrada, en las baldas más altas del armario, en la caja de recursos comunes, es toda una declaración de principios. Las mudanzas son un no pequeño giro en la vida, una quiebra incontrolada de nuestros hábitos. El más trascendental de todos los pasos que estos trasiegos comportan es el primero, aquel en el que tenemos que decidir qué vamos a llevar con nosotros y qué abandonaremos para siempre; qué doblaremos y entregaremos como una ofrenda a otros, qué romperemos y arrojaremos a la basura y con qué clase de disposición de ánimo vamoss a hacerlo.
   ...Y luego están los descubrimientos: encontrarnos en estos días con aquel tesoro del pasado, escondido a nuestra propia memoria, que nos salta hasta la yugular del recuerdo después de muchos muchos años. 

Miguel Marazuela

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