miércoles, 12 de febrero de 2014

Miguel Florián y las palabras

   La tesis de Miguel Florián en la conferencia que dio ayer era que la emoción artística surge en aquello del presente que coincide con una imagen del pasado. Tiene toda la razón, no creo que pueda haber auténtica emoción sin un mínimo ingrediente de reconocimiento de una verdad personal previa.
   Su discurso, de bellísimo título -"La infancia de las palabras (poesía, memoria y olvido)"- estuvo salpicado de sentencias absolutamente memorables:
-"Hablamos para rellenar huecos, para retener el instante".
-"El cuerpo, cuando piensa, recuerda, y lo hace con palabras".
-"La palabra es tiempo cristalizado".
-"Para el poeta, la palabra está siemre en estado salvaje".
-"La metáfora es la metamorfosis de la palabra".
- Al mencionar al psicoanálisis apostilló: "ese saber para desconfiados".
Y una con la que me ganó definitivamente:
   "Mientras haya misterio habrá poesía. La poesía no disuelve el misterio, la poesía lo agranda".
   Pero yo creo que no es que lo agrande, el misterio siempre es grande porque es hondo, lo que pasa es que la poesía lo ensancha porque lo evidencia.

Godfried Schalken

1 comentario:

Eugenio Martínez dijo...

Si nos movemos dentro de los límites de lo subjetivo, yo me encuentro atrapado en la aporía de estar de acuerdo con los dos y en discordia,al mismo tiempo.
Cuando la poesía se deja cautivar por la suave caricia de los cendales del misterio, lo ensancha, para prolongar el gozo.
Pero, si esos mismos cendales se convierten en prisión, tiene que disolverlo, ¿alguna vez soportó cadenas la poesía?