Extraño pudor este que me ha estado impidiendo escribir tu nombre mes tras mes, que incluso me ha frenado escribir "hermana" hasta este momento y que, sin embargo, me permite hablar, mes tras mes y con la mayor de las impudicias, del dolor de tu ausencia. Extraño pudor parcial el mío que dura ya tres años y que hoy venzo a medias.
Y todo con el difícil coraje de no ceder ni un resquicio al olvido de ti en este mundo.
Y todo con el difícil coraje de no ceder ni un resquicio al olvido de ti en este mundo.
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