domingo, 22 de diciembre de 2013

Con hora y media de retraso

   Hasta hace poco más de una hora ha sido día 21. Llego tarde a esta cita, pero no por olvido; se me está haciendo tan normal vivir con la carencia, que la cita en esta ventana se ha vuelto una cosa más del día, una más aunque aún dolorosa. Esto es lo que suele ocurrir con todo lo que reconoces tuyo para siempre, que a veces lo pospones a las urgencias novedosas porque ya sabes que está ahí y que siempre va a estar integrado en tu vida, como tu color de ojos o tu horror por las salamanquesas. Y es que ya has pactado con la supervivencia cierta aceptación no del todo digna.



1 comentario:

Fernando dijo...

Bueno, Inmaculada, lo expresaste muy bien no recuerdo si en la entrada de noviembre o en la de octubre: al dolor de la pérdida se suma el dolor porque nos acostumbramos a la pérdida.

Feliz Navidad en compañía de tu familia y de tus amigos, Inmaculada.