jueves, 31 de octubre de 2013

Halloween, Tosantos y Difuntos

   Recuerdo que, de niña, las monjas de mi colegio, las queridas Hermanas Carmelitas de Vedruna, nos repetían en clase que no había que confundir el Día de Todos los Santos con el Día de los difuntos. Yo llevo años convencida de que la sabiduría popular hace muy bien mezclándolo todo y festejando a sus difuntos más queridos el día en que veneramos a Todos los Santos anónimos. ¿Habrá algo que despierte mejores sentimientos que esta solidaridad intemporal de confiar en la intercesión de los que ya han muerto mientras rezamos por ellos? Qué diferencia con la mala chirigota que montan los anglosajones -y de la que se han imbuido por aquí los más jóvenes- en torno a la muerte. Ya expuse hace un año en esta ventana por qué me molesta especialmente semejante chacota indigna que me cambia la oración de intercesión y la Comunión de los Santos por un antipedagógico trato con amenaza, la representación de una dignísima obra teatral en verso por un medio akelarre infantil e incluso la repostería exquisita de los "huesos de santos" por un puñado de caramelos baratos.  Lo dije entonces y lo repito este año: chocante, ordinario e innoble. 

T.W. Roberts



3 comentarios:

alberto boutellier dijo...

No sé por qué somos tan proclives (el que lo sea)a adoptar tradiciones foráneas en detrimento de las nuestras, convirtiendo una conmemoración, en un absoluto esperpento.

Fernando dijo...

Pues conforme contigo al 100%, igual que hace un año, Inmaculada.

En Madrid cambió un poquito todo por la desgracia de Madrid Arena: como que la muerte vino a recordar que con ella no se juega. Sea por luto, sea por seguridad, este año no hemos tenido macro-fiestas de Halloween. No hay mal que por bien no venga.

Inmaculada Moreno dijo...

Completamente de acuerdo con los dos comentarios. Y, es verdad, Fernando, cuando tienes cerca una muerte cercana es cuando te das cuenta de lo chocante que es esa fiesta.