miércoles, 12 de junio de 2013

Una de acción

   A muchos las películas de acción y las novelas en las que ocurren cosas trepidantes nos aburren soberanamente. Ya sé que parece un contrasentido, pero no lo es. Una película que no se tome su tiempo en analizar cómo viven, cómo sienten las cosas sus personajes no consigue interesarme en absoluto. Creo que no soy la única que tiene estas preferencias, aunque tengo que reconocer que no somos mayoría.
   Me parece que ocurre lo mismo con la vida pero no nos damos cuenta: nos empeñamos en una actividad que nos lleva de una cosa en otra creyendo que así la aprovechamos mejor y no nos percatamos de que todo este acarreo de un lado para otro nos está quitando el sosiego necesario (no es tanto una cuestión de tiempo como de eso, de sosiego) para asimilarla y para sentirla. Está claro que sólo vivimos de verdad aquello de lo que nos hacemos conscientes paladeándolo en sus matices; si no nos damos ocasión para ello, aunque "hayan ocurrido" muchas cosas con nosotros en juego, en realidad no "nos habrá ocurrido" nada. 

Grosz y Heartfield



No hay comentarios: