viernes, 19 de abril de 2013

El paisaje transportable de Hilde Domin

   De Hilde Domin (1909-2006) no había yo escrito nunca en esta ventana. Debí haberlo hecho antes. Transterrada,culta,sensible, mujer de vida densa.
   Ahora estoy deseando que me llegue un libro que Aquilino Duque me ha recomendado y que trata de la relación de su obra con la literatura española. Que su obligado exilio en los años del nazismo la llevara a la República Dominicana, donde vivó durante 14 años, la ligó a la lengua y la literatura española. Por nuestra tierra se pasó en más de una ocasión y mantuvo amistad con poetas españoles.
   Ella ha sido poeta tardía; cuenta que escribió su primer poema a los 42 años y su primer libro de poemas apareció cuando ella ya tenía 48. Yo lo compré en una reedición reciente, hace pocos años, en Berlín. Se llama Nur eine Rose als Stütze (Sólo una rosa como apoyo). Libro pulcro y elegante, del que extraigo el primer poema y lo traduzco para vosotros. Su modo de sentir el exilio, su modo de vivir su tierra, es el de una voluntariosa que se sobrepone a las carencias, el de una valiente que asume su dolor sin derrumbarse.

ZIEHENDE LANDSCHAFT

Man muβ weggehen können  
und doch sein wie ein Baum: 
als bliebe die Wurzel im Boden, 
als zöge die Landschaft und wir ständen fest.
         Man muβ den Atem anhalten,
       
         bis der Wind nachläβt
     
         und die fremde Luft um uns zu kreisen beginnt,

         bis das Spiel von Licht und Schatten,
       
         von Grün und Blau,

         die alten Muster zeigt

         und wir zuhause sind,

         wo es auch sei,

         und niedersitzen können  und uns enlehnen,

         als sei es an das Grab

         unserer Mutter.



PAISAJE TRANSPORTABLE 

Uno tiene que poder marcharse 
y sin embargo ser como un árbol: 
como si permaneciera la raíz en su suelo, 
como si el paisaje se transportara y siguiésemos pegados. 
Uno tiene que contener el aliento 
hasta que el viento amaine 
y el aire extraño empiece a circular en torno a nosotros, 
hasta que el juego de luz y sombra 
de verde y azul 
muestre el viejo cuño 
y estemos en casa, 
donde quiera que sea, 
y podremos así sentarnos y apoyarnos 
como si fuera en la tumba  
de nuestra madre. 


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