lunes, 25 de marzo de 2013

Charlar

  Pues aquí que anda una, postrada en el sillón del dolor con un catarrazo de notemenees que incluye jaqueca, moquillo y lagrimeo, pertrechada de un arsenal de klinex que, en vez de dispararse, se esparcen engurruñados por la mesa a ambos lados de esta maquinita. Achtung! ya se van formando pequeños montículos que amenazan invadirla.
   Hace un par de horas me han llamado al teléfono. La conversación fue tan grata que pensé que el Frenadol había hecho efecto...  En absoluto. Una vez colgado el auricular vuelve el moquillo, el taponamiento de la nariz, el lagrimeo y la jaqueca.  Para que luego digan que charlar es un pasatiempo inútil.
Picasso

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