sábado, 29 de diciembre de 2012

En Jerez

   Deliciosa tarde la del día 27. Nos había convocado el poeta José Mateos en Jerez para ver los cuadros del pintor jerezano Juan Carmona y, con ese estupendo motivo, allá que nos reencontramos.  El frío me predispuso para buscar la palabra cálida de los amigos, los comentarios de los óleos y pasteles de Juan, el intercambio de algunas publicaciones, la copita de Jerez -en La Moderna, por supuesto- para ponernos al día... Imposible no enredar unas palabras de incertidumbre por el futuro de la edición y otras cargadas de planes. 
 Conduciendo de vuelta hacia El Puerto, el eco amable de la conversación y el cuadro que le iba a comprar a Juan, me llenaron de energía y esperanza luminosas. Sí, una tarde-noche cálida de esas del frío diciembre.

Juan Carmona


miércoles, 26 de diciembre de 2012

"Po" a mí me gusta

   Como todas las fiestas importantes, la Navidad se prepara largamente y corre el peligro de suceder con prontitud devastadora. Ya estamos a 26.
   Con los años va comprendiendo una esa mijita de tristeza (no hablo del enfado de los que ven en ella confabulaciones contra su bolsillo... Allá cada cual con la manera de celebrarlo), esa mijita -decía- dolorosa de la que algunos mayores nos avisaban y que una misma comprendía desde fuera. Y es que los adultos que somos se han formado con las frustraciones de quienes fuimos en su día y a eso se le llama madurar. Así es la vida...  La ilusión lleva esos dardos envenenados y la vida se encarga de que te alcancen. Y, sin embargo, a pesar de aquella ventura desvanecida y a pesar de las ausencias; por encima de aquellas cenizas aún candentes de nuestro pasado feliz -o, tal vez, precisamente porque ocurrió y por lo tanto existe- y tal vez, también, porque en la Navidad se preserva una realidad mejor y más alta que se nos va olvidando -la que vino a traer a quien quiera atenderla Aquel que nació hace alrededor de 2000 años-... Por todo eso, qué quieren que les diga, a mí me sigue encantando la Navidad. 


Canaletto


  

domingo, 23 de diciembre de 2012

Mi villancico de este año

Ahí va mi villancico de este año:


       VILLANCICO DEL ÁNGEL ANUNCIADOR

         Nazaret se volvió Cielo;

         arco de luz, la mañana.
         Era una niña asustada.
         Le dije: no tengas miedo.

            Y el corazón aún repite:

            no tengas, no tengas miedo.

         Al joven, flor de romero,

         lo vi de noche y a oscuras
         y, en su marasmo de dudas,
         le dije: no tengas miedo.

            Y el corazón aún repite:

            no tengas, no tengas miedo.

         Y vosotros, hombres recios,

         mujeres de estirpe fuerte,
         ¿no acudiréis a la Fuente?
         Vosotros, no tengáis miedo.
    
            Y el corazón aún repite:
            no tengas, no tengas miedo.


   
Vicente López Portana



viernes, 21 de diciembre de 2012

Cordando

  Hoy es día 21, el día que me tomo para cometer la impudicia de declarar periódicamente que sigo cordando. Pero ¿por qué me da tanta rabia notar que me acostumbro a no verla?

    



jueves, 20 de diciembre de 2012

Primer aniversario

     A poco más de dos horas para que termine el día, me acabo de dar cuenta de que hace justamente un año subí este blog a la red. Lo inauguraba con una declaración de principios que considero vigente y por eso me  permito enlazarla aquí ahora, por si alguien tiene curiosidad. Un año ha pasado y este medio ha cumplido ampliamente con mis expectativas (tal vez porque no eran enormes): ser mi ventanuco a través del cual hablar y reflexionar sobre poesía, lo que la justifica (las emociones), lo que la hace hermana (pintura, música) y lo que la construye (las palabras)...
   Mis amigos y compañeros de la ilustre Academia de Bellas Artes de Santa Cecilia, sin saberlo, han homenajeado el aniversario de esta página mostrando sus entradas en el excelente blog que ellos publican y que recomiendo mucho. Gracias, pues, especiales, a Ignacio P. Blanquer y a Gonzalo Díaz Arbolí.
   Y gracias también a mis, no muchos pero atentos, seguidores por sus visitas y por sus comentarios que siempre han enriquecido estos posts convirtiéndolos en lo que yo quería: esa conversación...  

Caspar David Fiedrich

jueves, 13 de diciembre de 2012

La rareza de la rareza

   El pasado lunes asistí a un acto poético admirable en muchos sentidos: en primer lugar, nos sorprendió a todos la extraordinaria afluencia de jóvenes estudiantes, y es que fue tal que obligó al organizador -el profesor de esa Facultad y poeta Eduardo del Pino- a reubicarlo todo, sobre la marcha, en un aula mucho más amplia. Esto ya es excelente y, por sí mismo, podría calificarse de suceso extraordinario que la poesía pueda tener tal convocatoria; pero es que, además, lo mejor de todo es que en él se dio una situación que yo había soñado para un futuro que consideraba aún lejano:  resulta que se nos convocó a cuatro poetas para hablar de la lectura de la poesía y (hasta ahí, nada llama la atención ¿verdad?) la rareza de la que me alegro consiste en que como poetas habíamos sido convocadas casualmente sólo mujeres. Se me ha secado la boca de repetir que no me alegraban las selecciones "femeninas", que lo que debíamos pretender las mujeres era estar en igualdad de condiciones en cualquier selección o antología de poetas sin distinción de sexo y sin cuotas. Por eso me parece un hecho feliz y auténticamente extraordinario (la rareza de la rareza) que no se mencionara en ningún momento esa casualidad; que fuésemos citadas por un organizador varón, no como resultado de una discriminación positiva, ni como señuelo de lo políticamente correcto, sino como poetas -¡Eureka! ¡Por fin normalidad absoluta!
  Y, sí, es una pequeña contradicción que yo ahora me asombre y lo constate, pero hacerlo a posteriori no cuenta.


martes, 11 de diciembre de 2012

De la última entrevista a F.Benítez


P.- ¿En qué estriba el éxito de un poema?
R.- Creo que el logro de un poema reside en la capacidad de expansión, de emitir ondas concéntricas en torno a un centro muy definido. Que diga lo que dice y también lo que calla. Promover, en definitiva, una sugestión, una especie de eco reverberante. Conviene buscar un equilibrio entre la elocuencia y el secreto.

P.- ¿Hay alguna norma para lograr un buen poema?
R.- Un poema es un mecanismo muy complejo, pero su funcionamiento es muy simple. Lo importante es que no se oiga el ruido del mecanismo. Que la evidencia del artefacto no se imponga a la invisibilidad de su textura interna".
Buenas respuestas a preguntas enormes.


martes, 4 de diciembre de 2012

Un cierto coraje

   Que sí, que sí, que a la vida hay que echarle pasión. Se lo digo con frecuencia a mis alumnos: que no se puede vivir ni en el medaigual ni en el yonopuedo, que nuestros abuelos (bueno, mis abuelos, los bisabuelos  de ellos) tenían razón, que las dificultades ejercitan la musculatura de las intenciones -la voluntad-, que la vida sin cierto coraje es la modorra de un borracho; que luchar por algo bueno, por algo bello, te convierte en el héroe de tu propia vida...  

Marc Chagall

(...Ella habría cumplido hoy 43 años) Y, ahora, que suene cualquier suit para chelo de Bach.


domingo, 2 de diciembre de 2012

Para adolescentes


   Mientras fui adolescente me resistí a leer novelas escritas específicamente para chicas de mi edad y sobre chicas de mi edad. Alguna visité por aquello de las recomendaciones, pero con resultado siempre idéntico: el propósito de no volver a caer en la misma debilidad jamás de los jamases. 
   Lo que recuerdo de cada una de esas novelas es poco más que la rebeldía que me suscitaba comprobar que alguien tuviera la suficiencia de escribir simulando que me comprendía (que eso es lo que pretendían aquellas novelas), no sólo porque no me sentí nunca identificada con ninguna de aquellas protagonistas, sino porque no me interesaba su mundo lo más mínimo.
   Supongo que se puede aducir que los cambios en la manera de ver la vida empezaban a acelerarse por aquellos tiempos y quien crecía a mediados de los setenta ya no tenía nada que ver con quien lo había hecho diez años antes, pero no creo que fuese eso lo fundamental, lo fundamental era más bien que ya tenía yo montones de adolescentes absolutamente reales a mi alrededor y, además, ya sabía que cada una era de su padre y de su madre: yo fui siempre (anacronismos aparte) más de Jo March, decimonónica ella, que de cualquier tontababa contemporánea. Qué alegría saber, unos años después, que Borges consideraba contemporáneos suyos a los clásicos  (ya ven que entiendo aquí "clásico" en el sentido más laxo).  Lo que a mí me podía resultar interesante a mis quince años era precisamente cualquier cosa menos asistir a esa tontería estereotipada con la que, además, pretendían que me identificara. 
   Pues bien, heme aquí, descreída de las novelitas sobre adolescentes y a estas alturas de mis días, engulléndolas a marchas forzadas por valorar lo que leen mis alumnos más jóvenes. Que si quieres arroz, Catalina...