viernes, 13 de abril de 2012

Tesoro y cárcel

  Las palabras son pequeñas joyas (como piedras valiosísimas que se les iban cayendo a los conquistadores españoles las vio Neruda en su conocida autobiografía); son joyas y, por ello, constituyen a la vez nuestro precioso tesoro y la más estricta cárcel. Si las palabras de Neruda representan muy bien la cara de la moneda; en La Montaña mágica, Thomas Mann dice muy bien esa cárcel:
   "Una palabra significa, si no una crítica, una definición, es decir, una clasificación en el orden de lo conocido y habitual, mientras que Hans Castorp estaba inconscientemente convencido de que un tesoro interior como aquel debía ser resguardado para siempre al abrigo de la definición y de la clasificación"

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